Existen numerosas pruebas realizadas en laboratorios y hospitales universitarios (en Francia, Estados Unidos y Japón), que permiten afirmar que aparecen problemas fisiológicos y neurofisiológicos derivados de la exposición diaria y prolongada a campos electromagnéticos, de baja y muy baja frecuencia, producidos por las pantallas de video (televisores, juegos de video, pantallas de computadoras) y los teléfonos celulares.
Las protecciones que hoy incluyen estos aparatos (normas MPR2, MPR3, etc.) no logran detener las ondas de muy baja frecuencia (VLF) ni de frecuencia extremadamente baja (ELF).
Por otra parte, hay una incongruencia actual de las normas, dado que, por ejemplo, las normas para los hornos microondas estipulan exigencias a 5 centímetros de distancia de estos, exigencias que no se plantean en casos como los teléfonos celulares y las pantallas de video.
El primer efecto adverso del estrés del video que provocan las pantallas, es una disminución involuntaria de su capacidad de trabajo, concentración, velocidad y atención, así como una disminución general de su resistencia al cansancio. Otros desórdenes producidos por la exposición prolongada (más de 2 horas diarias, en forma contínua o no) a pantallas de computadora son: molestias oculares (enrojecimiento, picazón, lagrimeo); dolores de cabeza, cuello y espalda; calambres; dolores de muñecas; ansiedad, hostilidad, irritabilidad; angustia, insomnio; apatía, depresión; pérdida de la memoria; dermatosis, alergias, etc
Debemos recordar también, que las ondas emitidas por los celulares, en campos cercanos, pueden alterar perfectamente los dispositivos médicos (como los marcapasos), lo cual es desconocido por la mayoría de la población.
ResponderEliminarmuy interesante la información. Principalmente me es útil este tipo de noticias debido a mi trabajo. Investigo aves costeras y, dicen, que una posible consecuecia de los cambios de distribución se deben a las ondas que generan las comunicaciones celulares.
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ResponderEliminarEs increible como día a día nos exponemos a ondas nocivas de las que no conocemos su potencial dañino para nuestra saludo. Deberíamos tomar conciencia y tener presente que mucha de la comodidad que conseguimos con la tecnología no puede perjudicar
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